lunes, 28 de febrero de 2011

Comentario de la Portada Sarmental de la Catedral de Burgos.


Se trata de una portada gótica decorada con esculturas en altorrelieve o de bulto redondo pero adosadas, con un interesante programa iconográfico. Está realizada en piedra y los diferentes grupos escultóricos se adaptan a un marco arquitectónico dado de antemano: es la portada abocinada de una catedral gótica. La textura de las superficies no se aprecia pero todas las esculturas miran al espectador y su composición es muy reposada y jerárquica.La Portada de El Sarmental, pertenece a la fachada meridional de la Catedral de Burgos y se encuadra entre 1230 y 1240.
El programa iconográfico de su única portada está dedicado a la Maiestas Domini, trasmite un mensaje apocalíptico que puede parangonarse con el modelo que deriva de la Puerta Real de Chartres. En el centro del tímpano aparece Cristo en Majestad en actitud de bendecir con la mano derecha, mientras con la izquierda sujeta el libro de los Evangelios, que apoya en la rodilla. A su izquierda y derecha, escoltándole, y superpuestos de dos en dos, aparecen los cuatro evangelistas y sus símbolos o Tetramorfos. Dos de ellos, San Marcos al lado del león, y San Lucas al lado del toro, van sentados en amplias banquetas, se inclinan sobre sendos pupitres y escriben al dictado del Nuevo Testamento; los otros dos van colocados en un nivel superior, encima de su símbolo San Juan el águila, y encima del ángel San Mateo, los dos también sentados y escribiendo sobre atriles. El tamaño de los evangelistas es inferior al de Jesús, de acuerdo con el precepto de la perspectiva jerárquica y parecen escribanos afanados con sus plumas entre los dedos y los cuernos de la tinta donde mojar a su derecha.Por debajo del tímpano se sitúa el apostolado que va cubierto por un doselete corrido, formado por arquillos trilobulados.El tímpano va delimitado dentro del muro por tres arquivoltas. La primera decorada por una hilera de ángeles y serafines que, portando cirios, adoran al Creador, mientras en las dos restantes encontramos a los 24 ancianos del Apocalipsis, reyes bíblicos y santos. Todas estas esculturas se asientan sobre peanas que al mismo tiempo ejercen la función de pequeños doseles de las inmediatamente inferiores.Las jambas de la portada se componen de un zócalo y dos galerías superpuestas de arcos ciegos. La inferior, sin decoración escultórica, lleva dobles columnas adosadas, mientras que en la superior son simples y la decoran esculturas de Moisés, Aarón, San Pedro, San Pablo y otros dos personajes no identificados.En el parteluz, aparece la figura de un obispo con mitra estrellada en la que popularmente se ha visto la representación del obispo don Mauricio, bajo cuyo pontificado se inició la construcción de la Catedral de Burgos. La imagen original se halla ahora en el claustro, sustituida en su emplazamiento primitivo por una copia.Sobre el doselete que la cobija aparece el Cordero Místico, elemento iconográfico extraído del Apocalipsis y, por tanto, muy en consonancia con los veinticuatro ancianos y la exaltación de la  Palabra de Dios.El eje de simetría divide el conjunto y subraya la importancia de dos figuras: el Cristo del tímpano y el obispo del parteluz.Alrededor de Cristo, que preside el tímpano, se distribuyen el resto de los personajes, obligados a adaptarse al marco arquitectónico. El arco apuntado del tímpano exige que los escribanos curven sus cuerpos, las arquivoltas obligan a las figuras superpuestas a seguir la curva de los arcos, de acuerdo con la costumbre gótica y en contra de la románica que preferentemente obligaba a seguir la orientación de las diferentes dovelas de las arcadas.Las figuras, aunque todavía muestran la frontalidad y rigidez románicas, ya presentan una humanización gótica al relacionarse entre sí y desarrollar actividades concretas. Los rostros denotan rasgos diferenciados y los ropajes,los cuales, favorecen la corporeidad.Los evangelistas-escribanos y los apóstoles reciben un tratamiento más naturalista. Estos últimos, cuyo frontalismo contrasta con el movimiento de sus cabezas, están sentados y sostienen libros conversan con sus compañeros, otros, con la mirada distraída, parecen meditar.La mayor parte de las esculturas son prácticamente exentas y se integran en la arquitectura mediante elementos arquitectónicos como las peanas. Entre el tímpano y el dintel destaca un doselete corrido que sirve de base a la escena central y de remate al friso de los apóstoles; su decoración de castilletes remite a la muralla de Dios o a la Jeruselén celestial. Dinámicas olas marinas ejercen de separadoras de los escribanos que coronan el tímpano y contrastan con la inmovilidad de las figuras.Estas figuras caminan hacia el naturalismo y se alejan de la abstracción románica, se ciñen, sin embargo al esquema compositivo tradicional románico. Ello se explica porque el proceso de humanización gótico no pretende el análisis psicológico de los personajes o la recreación de un canon de belleza.La Portada de El Sarmental es considerada gótica, aunque todavía revela trazas de su reciente pasado románico. Por su iconografía arcaizante se la ha vinculado con el Pórtico Real de Chartres. Sin embargo, el naturalismo con que están representados los otros personajes, es propio de la escultura gótica, y demuestra que los artífices conocían bien las portadas góticas de Amiens y Reims. Ambos referentes se caracterizan por la proporcionalidad de los cuerpos, un mayor sentimiento narrativo, un interés más definido por la estética, y una mayor expresión individual; siempre dentro del marco de disposición convencional de las figuras.El bagaje artístico autóctono también se hizo sentir, aunque tímidamente.

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