Catedral de Santiago de Compostela
El edificio se concibió como una armoniosa cruz latina de tres naves y crucero también de tres naves, los arcos formeros y fajones apoyan sobre pilares de sección cuadrada con cuatro semicolumnas adosadas con capiteles vegetales, muchos de ellos, pero algunos historiados de extraordinaria belleza, la cabecera de la Catedral de Santiago de Compostela incorporaba girola y cinco capillas radiales, todo el alzado del templo se adornaba de tribuna por lo que el aspecto vertical y palaciego de la iglesia se intensificaba. En los hastiales del crucero había fachadas y puertas monumentales, de la del norte sólo han quedado algunos restos, mejor conservada está la de las Platerías con sus dos grandes puertas y un mareante conjunto de esculturas en algunos casos colocadas anárquicamente.
El misterioso Maestro Mateo comenzó su intervención en 1168 y se ocupó de los últimos tramo de la nave y de la construcción de la cripta que soportaría el famoso y majestuoso Pórtico de la Gloria, además del coro del que han perdurado importantes piezas. Este conjunto monumental creado como entrada occidental y principal de la catedral de Santiago de Compostela es uno de los más grandes monumentos románicos del mundo y paradigma de la evolución que durante la segunda mitad del siglo XII sufre el románico hacia el naturalismo gótico. Lamentablemente, los aires barrocos del siglo XVIII desvirtuaron exteriormente la originalidad románica. Se sustituyó la facha norte y se cubrió la gran fachada occidental con la la del Obradoiro, entre otros muchos cambios y transformaciones que dificultan externamente intuir la grandeza de esta majestuosa catedral.
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